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El período estival es una época propicia para los accidentes laborales. Diferentes factores tienden a unificarse en verano que incrementa el riesgo de siniestralidad laboral. En nuestra empresa hemos redactado el siguiente artículo bajo el título: Consejos Teknodidaktika: ¿Cómo prevenir los accidentes laborales en verano? Para dar una respuesta desde la prevención a esta problemática.

En los meses de junio, julio y agosto destacan los nuevos empleos creados por su estacionalidad y temporalidad. Tampoco podemos dejar de lado las propias condiciones excepcionales de altas temperaturas y el calor, y su impacto sobre la salud de las personas trabajadoras, el cambio de hábitos y de horarios. Además de los riesgos psicosociales y los accidentes itinere.

Entre los principales condicionantes de la salud y la seguridad laboral durante el verano destacan:

  • Mucha precaución con el calor y las altas temperaturas. Debido a la exposición solar se producen más accidentes laborales en esta época del año. Bajadas de tensión, deshidratación o mareos pueden provocar caídas y otros incidentes. Sin dejar de lado el peligro de padecer un golpe de calor. Situaciones agudizadas durante las olas de calor (Nueva normativa sobre  prevención de riesgos laborales en episodios de elevadas temperaturas).
     
  • Estas circunstancias sumadas a largas jornadas laborales, traen consigo condicionantes como un mayor cansancio, falta de sueño y deshidratación por calor y mala climatización, que precipitan un aumento de incidentes y accidentes. Caídas y cortes lideran el ranking de accidentes laborales.
     
  • Los trabajadores en períodos estivales tienen, también, una probabilidad de padecer un mayor estrés laboral debido a diferentes factores: mayor ritmo laboral, carencia de conciliación familiar, prolongación y cambio de horarios, rotación de personal y contratación de trabajadores sin experiencia, tipos de contratos, o falta de comunicación. Estos factores sumados a que una persona estresada actúa más impulsivamente, trae consigo un incremento en la siniestralidad laboral.
     
  • El verano trae consigo un cambio de hábitos tanto desde una perspectiva alimenticia como social que, sumado al calor, actúan como condicionantes para disfrutar de un descanso efectivo de los profesionales.
     
  • Asimismo, el cambio de horario y de hábitos hacia una jornada intensiva, incrementa el riesgo de los accidentes in itinere sobre todo en el retorno al hogar cuando se pueden sumar diferentes activadores como el calor, la fatiga o la ganas de llegar al domicilio.

Plan de formación en verano

Dentro del plan de formación de verano de trabajadores se debería incluir, entre otras características, las siguientes acciones:

  • Realizar una planificación preventiva previa orientada a los nuevos trabajadores y riesgos en verano.
  • Información y formación en base a los riesgos específicos del puesto de trabajo a los nuevos trabajadores.
  • Formación obligatoria que legalmente se exige en los procesos de trabajo.
  • En formación incluir los síntomas que identifican los golpes de calor; procedimiento de actuación en caso de golpes de calor, la hidratación, alimentación y la relevancia del descanso. Informar también a toda la plantilla.
  • Simulacros.
  • Aumento del número de paradas durante la jornada laboral para hacer frente al calor.
  • Reconocimientos médicos.
  • Entrega de Equipos de Protección Individual (EPI) que garanticen la salud de los trabajadores. Un elemento a incluir además de ropa de protección y otros enseres, serían cremas de protección solar.
  • Control documental y registro sobre formación e información impartida a los trabajadores.
  • Control documental y registro de entrega de Equipos de Protección Individual (EPI).
  • Campañas informativas y píldoras en Prevención de Riesgos Laborales (PRL) que incluyan hábitos saludables como descanso, alimentación, hidratación, golpes de calor, mejoras posturales o medidas para la mejora de la movilidad en el trabajo.

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