Formación riesgos laborales: cómo debe ser.

 

Si bien todos hemos oído hablar de la obligación de las empresas de ofrecer formación en riesgos laborales, en la mayoría de casos no se tiene una visión muy clara de en qué consiste.

 

La prevención de riesgos laborales es un tema lo suficientemente serio como para no despacharlo en un cursillo de dos horas, de manera que, en función de los riesgos que implique el puesto, esta formación puede requerir un mayor esfuerzo por parte del trabajador. Esfuerzo, por otra parte, que redunda en su propio beneficio y seguridad, ya que es el conocimiento de los peligros inherentes a su puesto el que le permitirá sortearlos con éxito.

 

Por lo tanto, vamos a repasar algunos puntos relativos a cómo debe ser la formación en riesgos laborales que se imparta en una empresa:

 

-Por ley, esta formación debe proporcionársele al trabajador desde el mismo momento de su incorporación a la empresa,  sin que el tipo de contrato o su duración tengan relevancia.

 

-Salvo excepciones, la formación tendrá lugar dentro de la jornada laboral.

 

- La formación en riesgos laborales se adapta a la situación del trabajador. Si este asume nuevas funciones o cambia de puesto tendrá que volver a realizarla, de manera que pueda ser consciente de que su nueva situación supone una modificación de los riesgos en relación a su trabajo anterior. Esta formación, además de instruirlo en las particularidades de su nuevo puesto, le servirá para recordar los contenidos anteriores.

 

- Esta formación no debe ser solo teórica. En función del puesto desempeñado deberán realizarse también prácticas. Esto se aplica a cualquier trabajador, incluso a los veteranos con años de experiencia.

 

 

Los Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales son las personas más adecuadas para proporcionar este tipo de formación con las mayores garantías de éxito, y por tanto, en las que debe recaer la responsabilidad de impartir esta formación.

 


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